El día se resbala como aceite por las horas de un reloj que nunca alcanzo a detener, apenas veo al día convirtiéndose en un manto oscuro, y las nubes de color azul intenso recorriendo el mundo... miles de personas cuyos rostros no conozco, alimentando la voracidad de las calles, imprimiendo latidos de corazón a la ciudades...
El día se acaba e intento decirte algo valioso entre miles de palabras que a diario se acumulan en nuestros oídos, en nuestros ojos, en nuestras veloces máquinas... buscar el brillo de tu sonrisa y asirme a un destello, resguardarlo de la monotonía, cuidarlo del tedio, abrocharlo al día para hacerlo más brillante.... la luz de tu sonrisa y de tus ojos cincelada en mi memoria, un buen recuerdo cada día para alimentar el alma...
Murmuran canciones de alegría apenas entre sueños, mas allegadas al sentimiento por medio de frases entrecortadas y con variedad de interpretaciones en miles de escenarios posibles. Palabras más palabras menos, ¿qué tanto cabe en una carta..?
Y otra vez miles de dudas brincando en mi cabeza, a mi alrededor, sobre estas letras que voy apretando cuando escribo en esta fría máquina... es una lástima que no pueda escribirte esto con mi letra y hacértelo llegar así de fácil.... a veces la escritura a mano dice mucho más que las letras por si solas.... es una lástima...
El día se resbala por debajo de la luna y se va volviendo noche... se tarda lo que un suspiro... y heme aquí escribiéndote, con una canción en el bolsillo, con un manojo de flores en mi mente, con las palabras húmedas de mar, y el sabor de la tarde que se escapa...
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