He visto una sirena entre las nubes y un escorpión.
Más atrás un espeso nubarrón se deshojo en rechonchas gotas.
Abajo por los suelos hojas de plátano y sepa más que hierbajos se disolvían con agua para ser atrapados en redes cual si fueran peces para hacer papel multicolor. Fibroso papel que servirá de mundo a garabatos y personajes de tinta y sudor.
Un dulce tronar de nubes me aleja del sueño.
Abajo, las mujeres han empezado a presionar la pulpa entre maderas, otras más allá vierten colores y otras más cerca hacen brotar dibujos de entre la madera impregnada de grabados.
Entre trago y trago platicamos, y grabamos y reímos y afuera el cielo se desgranaba en nubes rojas de fuego y el día se acababa junto al bote de una pelota pateada por unos niños.
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