Wednesday, April 30, 2008

Love & I

El amor y yo, no somos compatibles. Espero demasiado de él. Espero que realmente lo pueda todo, cuando la verdad es que cada quien decide por quien dar la vida. ¿Cuánto tiempo se puede esperar a quien se ama? Solo quien ama lo sabe. Los límites pueden ser tan cortos o tan largos como la desesperación. El empeño puede ser tanto como el desamor. La entrega puede ser tan profunda como la sola costumbre.

El amor y yo, no nos entendemos. No se que dar, ni como, ni cuando, ni a quien. No se medir hasta donde. No se entregarme mas que en palabras que repetidas ya suenan huecas. Que de tanto esperar ya parecen palabras usadas por años, carcomidas por la rutina de intentar no esperar nada cuando en realidad lo que espero es todo.

El amor y yo no crecimos juntos. Por lo tanto no se reconocerlo. No se cuando una frase quiere decir en realidad: aquí no hay amor para ti. Y debido a eso me engancho ante cualquier viso de esperanza. Ante cualquier otra frase que mi cabeza pueda leer como: en algún momento el amor crecerá entre nosotros. Aunque muy dentro de mi, se que el camino hacia ese lado se cerró hace mucho tiempo. Se dobló y la soledad y el desamor están al acecho de cualquier error que cometa, justo como estas palabras que aquí escribo.

El amor y yo usamos lenguajes diferentes. Y cuando yo digo que amo, el amor entiende algo más o algo menos. Total que nunca soy quien puede atrapar las caricias, los besos, el sexo, la ternura, las palabras, la amistad, el tiempo y la convivencia que el amor genera. Solo atrapo la una o la otra. Nunca el conjunto, nunca lo que yo creo que es una pareja, y cuando digo pareja, el amor entiende algo menos o algo más. Y la soledad y el desamor acechan tras la puerta el momento de mi despedida para atacar. Para deshacer. Para malentender. Para enojar. Para ocultar. Para separar. Para cuestionar con preguntas que nunca puedo preguntar ni resolver.

El amor y yo tenemos tiempos diferentes. Así que me siento a esperar a que llegue. Cuando en realidad hace mucho que partió y aquí me quedé esperando mientras el amor sigue su curso, su camino propio, sus propios intereses. Y mientras espero, el amor me olvida porque cada vez está más lejos, porque cada vez las palabras son menos, porque cada vez el amor se va pareciendo más a un recuerdo, a un amor platónico, a un sueño que en cuanto abra los ojos se desvanecerá. Y mientras yo me preocupo por el amor que espero que llegue, el amor se preocupa por vivir el momento. En dos tiempos distintos, en dos pardas diferentes, sin encontrarnos, sin reconocernos.

Al final el amor y yo, no nos tenemos. Pero yo camino hacia sus pasos y trato de esperar que un día, el amor por si solo me ame, me diga ven, quédate a mi lado, contemplemos la luna juntos y sellemos este pacto con un beso, con una caricia, con una noche que se vuelva un sueño eterno.

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