
Sentir el "pop" de cada una de las burbujas cuando explotan bajo la presión de nuestros dedos es una de las mejores maneras de liberar el estrés, de deshacerse de la furia contenida al desquitarse con cada bolita tronada, de mantener ocupada a la compulsión maniaca, es la mejor manera de pasar el tiempo, de provocar al envidia de quien no tiene burbujas que tronar y de causar la desesperación del enemigo al tener que soportar cada tronido de burbuja sin que nada esté bajo su control.
Todo eso y más nos otorga el plástico de burbujas, además de servir como empaque ideal para las cosas frágiles.
Ahora imaginemos un segundo el futuro.
(¿ya lo imaginó?)
Imaginemos que todas las bondades del plástico burbuja se pueden mezclar con esto:

¿no, aún no?
a ver otro chance... ¿ya?


Mmmmm nop... yo no quiero uno.... no quiero q me estèn tronando mis bolitas!!! jajajajajajajajajajajajajajajajajaja
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