Thursday, April 22, 2010

¿Ganar la guerra contra el narco?

El 4 de abril de 1985 cuando tomaron preso a Rafael Caro Quintero, este declaró, que si lo dejaban trabajar, él solo pagaría la deuda externa de México en un año.

Ya sea por estrategia “bienpensada”, o porque las palabras naco y narco están demasiado cerca una de otra, o porque todos los mexicanos llevamos un Pedro Infante dentro, los narcos, cuando empiezan a tener dinero actúan de la misma forma que el ciudadano que se vuelve millonario en un programa de concursos. En efecto, el narco también quiere comprarle una casa a su mamá, también invita los tragos a los cuates en mega fiestas amenizadas con banda, también compra carros lujosos, y como a todo nuevo rico, les gusta presumir y en eso gasta.

Cuando el dinero ya se vuelve demasiado para seguir llenando la cochera con camionetas, los closets con botas piteadas y los cinturones con pistolas bañadas de oro, la necesidad de lavar el dinero junto a su presunción, los obliga a hacer lo que cualquier nuevo rico haría para obtener el reconocimiento social y que esto les permita codearse con gobernadores y demás gente de “alcurnia”.

Así que si el “pinchi” pueblo donde habitan no tiene caminos para sacar la droga, lo pavimentan, le ponen nombres a las calles, e invitan al presidente municipal para que inaugure la obra. Dan cuantiosas limosnas, reconstruyen iglesias y hacen capillitas para ganarse los favores del padrecito y que este les de su bendición en el negocio y les bautice a los muchos hijos. Cavan pozos para riego, hacen escuelas y hospitales, hacen grandes fiestas y dan de comer a la prensa de sociales, a grupos musicales y hasta a los gobernadores cuando estos no son competencia directa en el negocio, en fin, inyectan capital en infraestructura y modernizan la vida de pueblitos a los cuales el gobierno, estatal o federal, nunca les hubiera hecho caso.

Así que ahora en medio de una guerra declarada por el gobierno contra el narco, el gobierno que nunca ha hecho nada por el pueblo, ataca a un “benefactor” incidental, y no sólo eso, es el pueblo quien más afectado se encuentra a la hora de los tiroteos y las balas perdidas, por el terrorismo propagandístico y por el secuestro social, donde todo mundo tiene miedo de salir a la calle, un profundo miedo que se amplia no sólo hacia el bando de los “malos” o los narcos, si no un miedo a enfrentarse cara a cara con la otra parte de la guerra, el ejército.

El ejército autodeclarado la parte “buena” en esta guerra, en realidad desconoce al pueblo y al narco, a unos porque la distancia está muy alejada desde el 68, a otros porque eran los amigos del patrón o porque eran los que amenizaban las fiestas del pueblo de donde los soldados vienen, porque los narcos se parecen mucho al vecino, o al adolescente puberto y vago, o al estudiante universitario o a la familia que viaja en auto y pasa por enfrente de un retén. El ejército ignorante de las diferencias entre un ciudadano y un narco, porque ambos se parecen en aspecto y habla, dispara impunemente contra todos, sean narcos o no, por el puro afán de ganar la guerra a pesar de los "daños colaterales", eufemismo encabronante para llamar a los niños muertos junto a sus padres en un retén cualquiera.

Esta es la razón, en mi humilde opinión, por la cual el gobierno no podrá ganar nunca una guerra contra el narco naco que nació pobre y humilde, o contra el que se educó en Harvard y ya sabe de finanzas y de alianzas estratégicas. Por la simple razón de que el narco hace en muchos pueblos, lo que el gobierno nunca ha hecho, y sin intentar hacer una apología del narco, cualquier ciudadano que haya vivido en un “plaza”; eufemismo para hablar de un lugar plagado por el narcotráfico; sabe que si bien el dinero “malhabido” acarrea problemas sociales, esos mismos problemas siempre han estado ahí, porque violencia, corrupción y drogadicción no solo proceden del narco y también estos problemas tienen raíces profundas en el gobierno y la sociedad. Quien ahí vive, sabe que el narco hace prosperar a los “amigos”, y que a diferencia del gobierno, los narcos, como buenos hombres de negocios, no siempre quieren chingar económicamente o a "plomazos" a quien puede convertirse en su cliente de por vida, el pueblo. •


Mentadas, diatribas y chorros de mota a:
dichoallecho@gmail.com


Recomendación musical
•Sara Sara sara
El tri


•Lucy in the sky with diamonds
The Beatles


Recomendación bibliográfica
•Entrevista al Mayo Zambada por Don Julio Scherer

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