Wednesday, June 22, 2005

El gigante



Una gota de sudor escurrió por delante de mi párpado, confundida entre otras tantas de la lluvia, rápidamente la aparté con el antebrazo. Las piernas me dolían, mi respiración golpeaba el suelo junto a cada paso y salpicaba el lodo que se pegaba a mis piernas llegando hasta mis caderas. Un lodo viscoso que entorpecía mi carrera.

Por delante el camino se volvía más angosto. Detrás de mi se aproximaba un hombre grande, muy lento y torpe, al acecho de mi cansancio. Cada paso que daba equivalía a tres o cuatro de los míos. Sus brazos se extendían hasta casi rozar el suelo. Su respiración me martillaba los oídos, un jadeo y luego ese silbido cuando soltaba el aire, un jadeo y el silbido, un jadeo y el silbido. Y sus pasos cada vez más cerca, casi los sentía detrás de mi y cuando estaba a punto de darme alcance, volteaba la mirada y el seguía a la misma distancia de antes, si detenerse, sin darme descanso.

El cansancio hacía mella en mis piernas. Un jadeo y el silbido, un jadeo y el silbido. La angustia caía a chorros junto con la lluvia. ¿.....por qué no me deja en paz....qué quiere...?... detrás de mi
respondían un jadeo y un silbido que apresuraban mis pasos.

Un estruendo me sobresalto. De las nubes encima de nosotros un relámpago iluminó la noche. Hacia enfrente de mi el camino en línea recta, lleno de lodo, flanqueado por una extensión inmensa de una tierra café, chata como papel, ni un árbol, ni una sombra donde guarecerme del gigante aquel. El relámpago me dio oportunidad de ver a mi cazador. Sus manos rozando el suelo dejaban surcos sobre el lodo, estaba cubierto casi en su totalidad de pelo rizado y negro. A la distancia su piel parecía arrugada. La oscuridad volvió a extenderse sobre nosotros.

Mis piernas me dolían más con cada paso, el cansancio me dolía aún más, la angustia crecía con cada respiración de aquel gigante, el jadeo constante lacerando mi miedo, carcomiéndome.

Di un último paso y mis piernas se negaron a responderme. Mis manos sólo me servían de apoyo contra mis muslos, mientras la lluvia encharcaba mis pies en el lodo. Hice otro intento por correr, pero las piernas sólo me dejaron caer. El dolor y el miedo me hicieron temblar, tenía ganas de llorar...la angustia me explotaba.

Los jadeos detrás de mi se acercaban, escuchaba el chapoteo de los pies enormes del gigante, la angustia me paralizaba, y los pasos cada vez más cerca, la respiración más fuerte, los jadeos metálicos, chirriantes, fustigante sobre mi cabeza, más cerca cada vez, el sonido de los jadeos era ensordecedor, sentía el vaho de su respiración contra mi espalda.

Entonces haciendo un último esfuerzo me levanté...giré lentamente esperando la visión del gigante a pocos pasos de donde me encontraba... volteé y ahí estaba, enorme, empapado de una lluvia áspera, con su respiración chirriante acercándose a cada enorme paso que daba..

Entonces suplicando grité con el poco aire que quedaba en mis pulmones.....

-¿ qué quieres, por qué me sigues...? y empecé a llorar, lleno de miedo.

El gigante estaba a unos cuantos pasos de mí, se detuvo, su respiración pegaba contra mi cara, sus ojos me observaban desconcertados.

-no lo sé, este sueño es tuyo- me respondió

2 comments:

  1. ¿Y de verdad era suyo?, me gusto cuando habra otro igual. Gracias por inspirar.

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  2. jajajaja q lindo....me gustan los sueños, me gustan las historias y particularmente me gusto como lo escribiste tu....un gusto pasar por estos lares...estas ahora agregado en FAVORITOS y siento informarte que seguire leyendote esporadicamente

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