Friday, October 21, 2005

Lecto-escritura


Miren, piensa el escritor, este es el escrito más impecable que he realizado. Cada letra, cada párrafo han sido cuidadosamente seleccionados para darle paso a la siguiente palabra y al siguiente párrafo. Entonces el querido lector, comienza a sospechar sobre las intenciones ocultas de este texto, se regodea con la estupidez del escritor que ha sido demasiado obvio al mostrar sus pretensiones.
El lector de pronto adquiere una relevancia inusitada, da una vuelta de tuerca al texto, y declara solemne: "sin mi, no hay quien te lea". De ser un escrito de narrativa épica para el escritor, pasa a ser una lectura mediocre que arroja uno o dos bostezos. El escritor asustado sigue luchando por tratar de llevar a buen fin el texto, mientras el lector va decidiendo el rumbo que sus ojos habrán de tomar a cada renglón.
Pendiente de la puntuación, el escritor intenta poner fin a su tragedia. Intenta un punto final, pero solo le sale una coma, y después un guión, y unas comillas, y el lector va reprobando palabra a palabra, los recursos inútiles que utiliza el escritor para enredarlo dentro de la maraña de su texto. Él, el lector, es quien decide, piensa para si. El escritor solo bandea rebotando entre los párrafos, quiere terminar con su angustia, que terrible es ser leído. Y mientras el escritor intenta buscar una salida, el lector pone el punto final en medio de un párrafo y cierra el libro

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