La botella

La botella llegó a su destino… el mensaje llegó con bien, sin decolorarse, sin despintarse, un poco acalorado por el encierro y por la refracción del vidrio verde que lo contenía…

Ella lo tomo y lo leyó una vez… lo extendió entre sus manos y después de leerlo no supo si lo que leyó era lo que estaba ahí escrito o si ella había ido acomodando las palabras mientras leía… así que volvió a tomar el papel… y lo releyó.. Esta vez las palabras tenían otro sentido… se arremolinaban alrededor de una idea central pero el texto parecía distinto… retomó nuevamente la lectura y por tercera vez la palabras se habían reacomodado… Hizo un cuarto intento y lo mismo… las palabras decían lo mismo pero sonaban diferente, con otras frases y otros adjetivos, con otros sinsentidos adornando sinrazones... pero invariablemente la carta siempre terminaba con una frase en particular… una sola frase que no se movia y que permanecía tal cual la primera vez...

ella volvió a dejar la carta en la botella, cerró el corcho y la guardó...

Mientras tanto en otro lado incierto, una segunda botella flotaba hacia el mismo rumbo… bajo el mismo sol que había flotado la primera… llena del mismo aroma cálido que había provocado su escritura… y mientras flotaba, las palabras escritas sobre el papel que guardaba celosamente la botella, se reacomodaban formando nuevas frases, nuevas palabras, palabras inventadas sin ningún significado en espera de obtenerlo… sin embargo la primera frase con la que esta carta empezaba era exactamente la misma con la que terminaba la otra carta que seguía sostenida entre las manos de su lectora… "este alfabeto es tuyo para crear el mundo"