Wednesday, December 20, 2006

1,2,3,4,5,6,7,8,9,10....

Cuando era niño contaba todos los pasos que daba a lo largo del día… y después por las noches no podía dormir si había alguna arruga sobre la sábana que cubría el colchón en mi cama… hoy me siento como si nunca hubiera dejado de contar cada paso o como si nunca hubiera podido desarrugar la puta colcha… ¿cuántas otras batallas habré de perder en pos de querer controlar lo incontrolable..?
Esos pequeños ritos compulsivos de niño me llevaron a perder el pelo de la nuca… alopecia por estrés nervioso fue el diagnóstico… de cuando en cuando esa marca vuelve a mi, como recordatorio de que la vida, el amor, la felicidad, el tiempo, la salud, y otras tantas certezas, en realidad no lo son… que en realidad solo son un lado de la moneda y en cualquier momento la moneda puede caer del lado contrario…

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